viernes, 14 de septiembre de 2007

El coleccionista

Tengo un amigo, muy buen amigo, que es coleccionista. Colecciona sellos, monedas, cámaras de cine, libros, estampas, mariposas, fósiles, juguetes de la infancia, películas antiguas, libros de cómic, instrumentos musicales de todo el mundo, amantes, mujeres y vidas. Alguna vez se ha llegado a plantear la posibilidad de hacer una colección de colecciones.

Él etiqueta, ordena indexa, describe, titula, vuelve a ordenar, distribuye, adquiere, vende, ordena otra vez, amplia, cataloga… cada uno de los “ejemplares” que integran sus colecciones.

En determinada ocasión, caminando por la calle Princesa de Barcelona, llegué a la conclusión que él coleccionaba objetos que eran clasificables, por no poder coleccionar y clasificar a las personas.

- Mi terapeuta piensa lo mismo.- Respondió con su particular calma angustiada.

Al final, después de muchos años de idas y venidas, le he visto eufórico, alegre, enamorado, irado, enfadado, desilusionado, feliz, triste, entusiasmado, frustrado, agónico, cínico… hasta el punto de que él es una bonita colección de estados de ánimo a los que adoro.

La imagen que he insertado es de un japonés que le supera.

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