miércoles, 26 de septiembre de 2007

La realidad a pesar mío

Disparos al aire han dispersado la manifestación pacífica que desde hace días ponía en jaque al gobierno dictatorial de Birmania. Esta madrugada el gas lacrimógeno ha servido también para dispersar las aspiraciones democráticas de miles de birmanos y hombres de fe de este pequeño país.

Etnias como los pegu, los ava, los mon o los pyu que, durante siglos ocuparon esta región de Asia Pacífico, han dejado en Birmania un legado cultural y etnográfico, que hoy es violado sistemática y textualmente por el autodenominado Consejo de la Restauración de la Ley y el Orden del Estado (instaurado de golpe y a golpes, tras el golpe de estado del 18 de septiembre de 1988).

La mal llamada comunidad internacional (que de “común” no tiene ni el sentido), se ha distendido viendo en la CNN una poética revuelta más de colores llamativos e ilusas esperanzas de cambio, en las que las fotografías del Che se habían transmutado en estampas de Budha. Desde esta madrugada ya no pasean pacíficamente monjes de piel morena, de ojos afilados y de cabezas rapadas al cero por las calles de Rangoon.

Desaparece una futura democracia y sigue en activo un dictador más. Los fusiles de los soldados no estaban, esta vez, cubiertos de claveles.

1 comentario:

JR dijo...

hola amiga me encantan tus blogs, pasate por el mio si quieres...
un beso