martes, 2 de octubre de 2007

Somos unos guarrillos

Los osos polares se han puesto hasta las cejas y van “a tope”. También va “hasta arriba” el plancton y el fitoplancton, y las ballenas beluga. Y es que, por los casquetes polares, “rula la química” que da gusto.

La semana pasada conocí a una investigadora del CSIC que está participando en un estudio sobre este tema.

Ni los osos, ni el plancton, ni el fitoplancton, ni las simpáticas ballenas beluga serían unos yonkis si nosotros no nos dedicásemos a dispersar nocivos contaminantes por el aire y las aguas superficiales de ríos, mares y océanos.

Esta investigadora de la que os hablaba asegura que los contaminantes que durante los 150 años de revolución industrial hemos emitido sin ton ni son, ni sin saberlo, ni queriéndolo saber se acumulan en los primeros 15 centímetros del hielo de las superficies glaciales.

Durante julio han tomado muestras (con forma de apetitosos y refrescantes “polos” de un metro) y ahora las analizan. Calculan, en el CSIC, que en un año podrán ofrecer unas conclusiones que se incluirán en el compendio del Año Polar Internacional. En el futuro, podrían servir para que los políticos puedan volver a discutir si suscriben o no los protocolos de control de actividades contaminantes ¡Pues qué bonito!

Ya lo dicen los mayores en un brote de ecologismo a la vieja usanza… ¡estamos hechos unos guarrillos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu bien lo has dicho, "somos unos guarrillos", con tanta actividad,no me estraña que se fundan los polos, esto quien lo va a parar? ni protocolos, ni alianzas ni nada... los "pececillos" se debilitan y acaban extenuados en el inmenso flujo oceánico. Este ritmo de vida estresante nos está pasando factura, tendríamos que ser todos marmotas y disfrutar de un relajado sueño.

El pececillo...